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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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sábado, 12 de diciembre de 2015

Desapego de Guerrero

El desapego no aporta automáticamente sabiduría, pero no obstante, supone una ventaja, pues permite al guerrero detenerse momentáneamente para reconsiderar las situaciones y volver a ponderar las posibilidades. Para usar de manera consistente y correcta ese momento extra, un guerrero tiene, sin embargo, que luchar incansablemente durante toda su vida.


Desapego es cuando un guerrero deja de tener cualquier clase de expectativas y las acciones de la gente ya no le afectan. Entonces, una extraña paz se convierte en la fuerza que rige su vida. El desapego es uno de los conceptos de la vida del guerrero.

A los guerreros les resulta mucho más fácil salir adelante en condiciones de máxima tensión que ser impecables en circunstancias normales. Todas las facultades, posibilidades y logros del chamanismo, desde los más simples hasta los más asombrosos, se encuentran en el propio cuerpo.

Los seres humanos tienen dos lados. El lado derecho abarca todo lo que el intelecto es capaz de concebir. El lado izquierdo es un ámbito de características indescriptibles, un ámbito para el que no existen palabras. El lado izquierdo es comprendido –si es comprensión lo que tiene lugar─ con la totalidad del cuerpo. De ahí que se resista a la conceptualización.

A todo ser vivo se le ha otorgado el poder, si así lo desea, de buscar una apertura hacia la libertad y de pasar por ella. Cruzar hacia la libertad no significa alcanzar la vida eterna en el sentido usual de eternidad; es, vivir para siempre. Ocurre, más bien, que los guerreros pueden conservar su conciencia, que normalmente se abandona al momento de morir. En el momento de cruzar, el cuerpo en su totalidad se inflama de conocimiento. Al instante, cada célula se torna consciente de sí misma y, además, consciente de la totalidad del cuerpo. El don de la libertad no es una dádiva, sino la oportunidad de tener una oportunidad.

Buscar la perfección del espíritu del guerrero es la única tarea digna de nuestra transitoriedad y de nuestra condición humana. Si el espíritu de un guerrero está deformado, simplemente debe arreglarlo, depurándolo y perfeccionándolo, porque no hay en la vida tarea más digna que pueda emprenderse. No arreglar el espíritu es buscar la muerte, y eso es igual a no buscar nada, porque la muerte va a alcanzarnos de todos modos.
Un hombre, cualquier hombre, merece cuanto les toca en suerte a los hombres: alegría, dolor, tristeza y lucha. No importa la naturaleza de sus actos, siempre y cuando actúe como un guerrero.

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jueves, 10 de diciembre de 2015

Campos Unificados

Todo está conectado, todo está en movimiento. Unos campos se relacionan con otros en una sucesión de ritmos, como en una danza universal que nace de las profundidades mismas de la conciencia.


Cuando usamos el arte de acechar estamos poniendo en práctica un conjunto de procedimientos y actitudes que permiten a una persona (a quien llamamos guerrero) extraer lo mejor de cualquier situación concebible.
El arte del acecho siempre tiene que ver con el mundo cotidiano. Por ello, es recomendable para un guerrero no tener cosas materiales en las que enfocar su poder, para así poder enfocarlo en el espíritu, en el verdadero vuelo a lo desconocido y no en trivialidades. Si quieres seguir el camino del conocimiento tienes que librarte de la compulsión de poseer cosas y de aferrarte a ellas.

Existe una gran diferencia entre “ver” y mirar. “Ver” es un conocimiento del cuerpo. El predominio del sentido visual, en los seres humanos, interviene en este conocimiento corpóreo haciendo parecer que “ver” esté relacionado con los ojos.
Cuando un guerrero pierde la forma humana, éste obtiene una libertad de recordarse a sí mismo como un conglomerado de campos de energía enderezados que le hacen ser aún más libre. Un guerrero que ha perdido la forma humana se “ve” como siempre ha sido, como una espiral.
Todo el acecho de un guerrero ha de dirigirse en esa dirección, la de perder la forma humana y todo lo que ello conlleva, porque el gran logro de un guerrero es disfrutar de la alegría del infinito. Es por eso que un guerrero sabe que espera y sabe lo que espera; y mientras espera, deleita sus ojos en la contemplación del mundo.

El destino de un guerrero sigue un curso inalterable y el desafío consiste en cuán lejos puede llegar y cuán impecable puede ser dentro de esos rígidos confines.


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miércoles, 2 de diciembre de 2015

El Poder
3er. Enemigo Natural en el Camino del Conocimiento

Después de desafiar a la claridad, y vencerla, un guerrero sigue avanzando por la senda del conocimiento. Es entonces cuando se dará cuenta de que el poder perseguido durante tanto tiempo por fin es suyo. Puede hacer con él lo que se le antoje. El poder se convierte es su aliado está a sus órdenes. Su deseo es la regla del nagual. Ve claro y parejo todo cuanto hay a su alrededor. Pero también ha tropezado con su tercer enemigo: el poder.
Cuando un hombre conquista el poder, éste se convierte en el más fuerte de todos los enemigos. Y, naturalmente, lo más fácil es rendirse; después de todo, el hombre es de veras invencible. Él manda; empieza tomando riesgos calculados y termina haciendo reglas, porque es el amo del poder.
Un hombre en esta etapa apenas advierte que su tercer enemigo se cierne sobre él. Y de pronto, sin darse cuenta, habrá perdido la batalla. Su enemigo lo habrá transformado en un hombre cruel y caprichoso.
Un hombre vencido por el poder muere sin saber realmente cómo manejarlo. El poder es sólo una carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio de sí mismo, ni puede decir cómo ni cuándo usar su poder.

Para vencer a su tercer enemigo, el poder, tiene que desafiarlo con toda intención. Tiene que darse cuenta de que el poder que aparentemente ha conquistado nunca fue suyo en realidad. Debe tenerse a raya en todo momento, manejando con tiento y con fe todo lo que ha aprendido. Si puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que los errores, llegará a un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer enemigo.

Desafiar al Poder
El poder para un hombre de Conocimiento es solo un “periodo de asentamiento". Un periodo de reposo, en el que el guerrero descansa razonablemente en paz por el tiempo suficiente para consolidar su aprendizaje. Es cuando comienza a ver el valor de transferir lo que ha aprendido de unas situaciones a otras, y darse cuenta de que el potencial de lo que ha aprendido es literalmente asombroso. Ha llegado a un punto en su progreso desde el que puede ver que en dicho aprendizaje radica su libertad. "Renuncia a lo que no quieres y quédate con lo que sí quieres". ¡Qué simple es lo obvio! ¡Y qué fácil! El guerrero necesita este periodo de respiro, porque todavía no ha llegado tan lejos como cree. Mas cuando esté listo para seguir adelante, marcharán a su lado compañeros poderosos. Ahora descansa por un rato, y los convoca antes de proseguir. A partir de ahí ya no seguirá adelante solo.

El guerrero necesita entender ahora que en realidad no sabía distinguir entre lo que tiene valor y lo que no lo tiene. Lo único que ha aprendido hasta ahora es que no desea lo que no tiene valor y que sí desea lo que lo tiene. Sin embargo, su propio proceso de selección, no le sirvió para enseñarle la diferencia. Creía que había aprendido a estar dispuesto, pero ahora se da cuenta de que no sabe para qué está dispuesto. Ahora tiene que alcanzar un estado que puede permanecer fuera de su alcance por mucho, mucho tiempo. Tiene que aprender a dejar de lado todo juicio, y a preguntarse en toda circunstancia qué es lo que realmente quiere.

Si sigue adelante desafiando al Poder, llegará a un “periodo de logros" y consolidará su aprendizaje. Lo que antes se consideraban simples sombras, se han convertido ahora en certezas, con las que puede contar en cualquier "emergencia", así como también en los periodos de calma. En efecto, el resultado de esas ganancias no es otro que la paz: el fruto de un aprendizaje honesto, de un pensamiento congruente y de una transferencia plena. Ésta es la fase de la verdadera plenitud, pues aquí se refleja completamente el espíritu. A partir de ahí, el camino a la libertad está despejado y no presenta ninguna dificultad ya que, en realidad, se da cuenta de que ya está aquí. Y, ¿quién iba a querer "ir" a ninguna otra parte, si ya goza de absoluta paz? ¿Y quién querría cambiar su libertad por algo más deseable? ¿Qué podría ser más deseable?

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martes, 3 de noviembre de 2015

Pinches Tiranos

Los chamanes, al entender la naturaleza de hombre, llegaron a la conclusión incuestionable de que si uno se las puede ver con los pinches tiranos, uno ciertamente puede enfrentarse a lo desconocido sin peligro y, luego incluso, uno puede sobrevivir a la presencia de lo que no se puede conocer.
La reacción del hombre común y corriente es pensar que debería invertirse ese orden. Es natural creer que los chamanes que pueden enfrentar lo desconocido, pueden, por cierto, hacer cara a cualquier pinche tirano, pero no es así. Nada puede templar tan bien el espíritu de un guerrero como el tratar con personas imposibles en posiciones de poder. Sólo bajo esas circunstancias pueden los chamanes adquirir la sobriedad y la serenidad necesarias para ponerse frente a lo que no se puede conocer. El ingrediente perfecto para producir un soberbio guerrero es un pinche tirano con privilegios ilimitados.

La idea de usar un pinche tirano no es sólo para perfeccionar el espíritu, sino también para la felicidad y el gozo del guerrero. El error de cualquier persona que se enfrenta a un pinche tirano es no tener una estrategia en la cual apoyarse; el defecto fatal es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, así como las acciones de los pinches tiranos. Un guerrero por otra parte, no sólo tiene una estrategia bien pensada, sino que está también libre de la importancia personal. Lo que acaba con su importancia personal es haber comprendido que la realidad es una interpretación que hacemos.
Se puede derrotar a los pinches tiranos usando solamente la convicción de que los pinches tiranos se toman mortalmente en serio, mientras que los guerreros no.

El afinar el espíritu cuando alguien lo aguijonea se llama control. Reunir la información necesaria sobre la fortaleza y las debilidades de un pinche tirano mientras te golpean, se llama disciplina. El perfecto pinche tirano no tiene ninguna característica redentora.
El refrenamiento es esperar con paciencia, sin prisas, sin angustia, es una sencilla y gozosa retención del pago que tiene que llegar. El gran regocijo de un guerrero es saber que está esperando y saber qué es lo que espera.
Refrenarse significa retener con el espíritu algo que el guerrero sabe que justamente debe cumplirse. No significa que el guerrero ande por ahí pensando en hacerle mal a alguien, o planeando cómo vengarse y saldar cuentas. El refrenamiento es algo independiente. Mientras el guerrero tenga control, disciplina y la habilidad de escoger el momento oportuno, el refrenamiento asegura que recibirá su completo merecido quienquiera que se lo haya ganado.

Los chamanes usan a los pinches tiranos no solo para deshacerse de su importancia personal sino también para lograr la muy sofisticada maniobra de desplazarse fuera de este mundo.

Hoy en día, el ser derrotado por un repinche tiranito no es mortal pero si devastador. En sentido figurado, el grado de mortandad de los guerreros es elevado. Los guerreros que sucumben son arrasados por su propio sentido de fracaso. Eso es equivalente a una muerte figurada.
Cualquiera que se une al pinche tirano queda derrotado. El enojarse y actuar sin control o disciplina, el no tener refrenamiento es estar derrotado.
Cuando los guerreros son derrotados o bien se reagrupan y vuelven a la pelea con más tino, o dejan el camino del guerrero y se alinean de por vida a las filas de los pinches tiranos.

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sábado, 24 de octubre de 2015

Conciencia Corporal

Un campo importante de interacción es la relación de la persona con la Tierra. Cualquier postura que adoptemos, cualquier paso que demos se basa en esta relación. A diferencia de las aves y de los peces, nuestro medio ambiente es el de la tierra firme. Y a diferencia de otros mamíferos, nos levantamos y nos movemos sobre las extremidades posteriores. Esta postura nos deja libres las extremidades anteriores, desplazando la columna vertebral y a las piernas la función de sostener el peso del cuerpo. El cambio a la posición erguida pone en tensión los músculos de la espalda, y esa tensión se centra en la región sacra y lumbar.

La carencia del sentido de estar arraigado deriva indudablemente de algún trastorno o anomalía de la función corporal. Este trastorno está en las piernas que son nuestras raíces móviles; nuestras piernas y nuestros pies se interrelacionan energéticamente con la Tierra.

Sólo a través del cuerpo se experimenta la propia vida y se tiene experiencia de estar en el mundo. Pero no basta con establecer contacto con el cuerpo, sino con la vida del cuerpo. Esto incluye a la mente, y no al entendimiento disociado, es decir, a la mente que no piensa ni es consciente de su cuerpo. Prestar atención a la vida del cuerpo y ocuparse en ella es la única manera de asegurar que el viaje termine satisfactoriamente con el emerger del verdadero ser.

El movimiento es la esencia de la vida; el crecimiento y la declinación sus dos aspectos. En realidad, no hay eso de quedarse inmóvil. Si se interrumpe el crecimiento en función del desarrollo de la personalidad, se inicia una declinación que al principio puede ser imperceptible, pero que tarde o temprano se hace evidente. El criterio real de una buena terapia es que inicia y promueve en el cliente un proceso de crecimiento que continuará sin la ayuda del terapeuta. Sólo se produce una crisis personal cuando está bajo una grave presión alguna rigidez de la personalidad. Por lo tanto, constituye a la vez un peligro y una oportunidad para la liberación y el crecimiento posterior. Los cambios en la personalidad están condicionados por los de las funciones corporales, o sea, por una respiración más profunda, una movilidad mayor y una expresión más plena y libre de la personalidad.

La dedicación al crecimiento requiere de la dedicación al cuerpo. Hoy en día muchas personas están fascinadas con la idea del crecimiento, y el movimiento potencial humano se basa en esta idea: estos individuos desarrollan una porción de actividades que tienden a fomentar el desarrollo de la personalidad. Estas actividades pueden producir beneficios positivos, pero si no se toma en cuenta al cuerpo, pueden convertirse también en juegos interesantes y hasta divertidos, quizás, pero que no llegan a ser procesos importantes de desarrollo. La personalidad no puede divorciarse del cuerpo, ni la conciencia de uno mismo de la conciencia de su cuerpo. La forma de evolucionar consiste en estar en contacto con el propio cuerpo y entender su lenguaje.

No podemos cambiarnos a nosotros mismos a base de fuerza de voluntad. Es como querer despegarse del suelo tirando hacia arriba de los cordones de los zapatos. El cambio se produce cuando uno está dispuesto, tiene el deseo y está capacitado para cambiar. No puede forzarse. Comienza con la aceptación y la conciencia de sí mismo y, desde luego, con el deseo de cambiar. Pero el miedo de cambiar tiene una gran importancia y desempeña un papel fundamental. Es preciso aprender a ser paciente y tolerante. Esto es un fenómeno corporal. El cuerpo va gradualmente desarrollando una tolerancia cada vez mayor a un modo más enérgico de vida, a sentimientos más fuertes y a una autoexpresión más libre y plena.

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jueves, 15 de octubre de 2015

Posibilidades Humanas

Los seres humanos llevan a cabo una estupenda maniobra de percepción que, lamentablemente, crea un equívoco: asimilan toda la oleada de pura energía que discurre por el universo y la convierten en datos sensoriales que son interpretados según un severo sistema que los chamanes denominan “la forma humana”.
Casi toda la actividad perceptiva de los seres humanos es interpretación y los humanos son la única clase de organismos que necesitan una entrada mínima de percepción pura para crear su mundo.

Los chamanes del antiguo México describían el “intento” como una fuerza eterna que impregna todo el universo y que es consciente de sí misma hasta el extremo de responder a la llamada de los chamanes. A través del “intento”, los chamanes del antiguo México, no sólo desplegaron todas las posibilidades humanas de percepción, sino las de la acción.

El límite de las posibilidades humanas es denominado “la banda del hombre”, lo que quiere decir que existe una frontera que delimita las capacidades humanas dictadas por el organismo. Estas fronteras no son los límites del pensamiento organizado, sino los de la totalidad de los recursos que nuestro organismo alberga. Dichos recursos no se utilizan, sino que permanecen en su sitio por las ideas preconcebidas acerca de las limitaciones humanas, limitaciones que nada tienen que ver con el potencial real de los seres humanos.

Puesto que percibir la energía como fluye por el universo no es algo arbitrario, podemos convertirnos en testigos de formulaciones de energía que suceden espontáneamente y no están modeladas por la intervención humana. Así, en y por sí misma, la percepción de estas formulaciones es la clave que libera el potencial humano cerrado que casi nunca entra en juego. Para alcanzar la percepción de estas formulaciones energéticas hay que recabar la totalidad de las capacidades perceptivas de los seres humanos.

La energía imprescindible para manejar el “intento” debe agitarse y reconducirse sin cesar ya que se disipa constantemente desde los centros vitales situados alrededor del hígado, el páncreas y los riñones, depositándose en la parte inferior de la esfera luminosa que somos.

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jueves, 10 de septiembre de 2015

Rasgando el Velo

Tensegridad nos permite recordar una danza olvidada, por la especie humana desde tiempos ancestrales, que nos conecta con nuestra verdadera naturaleza como hijos de la Madre Tierra.


La Tensegridad es una actividad práctica que coloca a la persona en una posición inmejorable para enfrentar de manera óptima los desafíos que se le presentan en su vida cotidiana. Este mejoramiento se consigue mediante la recuperación de capacidades innatas que toda persona lleva dentro de sí, pero que han sido ocultadas y enterradas por la represión de la educación y los condicionamientos culturales de cada uno desde el momento de su nacimiento. Las condiciones restrictivas de la sociedad y las cualidades de la época que nos ha tocado vivir, crean individuos alineados e incapaces de salir de la espiral de bloqueos y frustraciones que parecen estar atenazando la libertad y la creatividad del ser humano moderno sin ninguna esperanza de poder salir de ello.

Con la experimentación y la práctica de los pases mágicos de la Tensegridad hemos descubierto, no solo la manera de salir del alineamiento al que parece estar condenado el ser humano moderno, sino también la manera de obtener el impulso y el coraje necesarios para emprender una nueva forma de vivir y de estar en este mundo, tan cambiante en la actualidad, y crear las condiciones necesarias para vivir nuestras vidas de una manera plena y altamente satisfactoria.
También hemos aprendido a “ver” y rastrear la energía, fluyendo en la dirección de ésta, para estar en armonía con la vida y convertirnos en el río, sin empujar el río. Un guerrero salta un muro en lugar de golpearse contra el muro. Y este espíritu de guerrero que ahora nos impregna lo reconocemos como propio, porque desde siempre ha estado en el interior de nuestros corazones y ahora nos permitimos sentirlo y dejar que sea él quien dirija nuestras vidas.

Cuando se “ve” al ser humano sin los condicionamientos impuestos por la percepción que hemos aprendido, se le “ve” como un conglomerado de energía que se asemeja a una esfera luminosa que abarca la distancia de la persona con los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo; esta misma distancia es en todas direcciones en torno a cuerpo de la persona y hacia arriba y hacia abajo alrededor de la persona. Debido a la interacción de la persona con el mundo y la vida moderna, la energía vital se aleja de los centros de vitalidad del cuerpo para alojarse en los límites de la esfera luminosa que es la totalidad de nuestro ser, aunque no sea visible para el ojo humano, entrenado para observar solo lo que le han enseñado. La Tensegridad permite, mediante la práctica rigurosa de los pases mágicos, devolver esa energía inherente de la que todos disponemos y devolverla a los centros de vitalidad del cuerpo.

El cuerpo humano está lleno de infinidad de centros energéticos. En Tensegridad se trabaja especialmente con cinco centros de vitalidad, por ser los más grandes, para acumular la energía necesaria para la realización de todas las actividades que requiere la persona en su vida. Los principales centros de vitalidad que se trabajan con Tensegridad son:
El Centro de la Acción Inmediata. Este centro se encuentra ubicado en la zona derecha del cuerpo, en la región del hígado y la vesícula biliar. En este centro de vitalidad se encuentra la energía necesaria para que la persona realice todo aquello que tiene que hacer de manera inmediata.
El Centro del Sentimiento. Este centro se localiza en la zona del páncreas y del bazo, en la parte izquierda del cuerpo. La energía de este centro es la que usamos cuando sentimos cualquier cosa que llegue a suceder y afectarnos, para luego ser interpretado por el cerebro y sacar desde ahí las conclusiones que ya vienen condicionadas por las experiencias pasadas en situaciones que interpretamos como similares.
El Centro de la Acción Sostenida. En este centro de vitalidad del cuerpo se acumula la energía que nos mantiene con vida desde el momento del nacimiento, hasta el momento presente y hasta el mismo momento de la muerte. La calidad, así como la acumulación de energía en este centro de vitalidad, va a definir la calidad de nuestra vida en cuanto a la resistencia ante las enfermedades y la vitalidad general del organismo. Es la energía del “cielo anterior” de la Medicina Tradicional China, también llamada la energía heredada de nuestros padres, la cual se puede mejorar notablemente, dando así continuidad a la evolución del ser humano como especie. El Centro de la Acción Sostenida se encuentra ubicado en la región de las glándulas suprarrenales y los riñones, en la parte baja de la espalda.
El Centro de las Decisiones. Este centro es de vital importancia para la persona, para su expresión y manifestación en la vida como persona y para la toma de decisiones. El ser humano moderno ha sido incapacitado para tomar decisiones desde las etapas más tempranas de su existencia. Por ello, se han creado las grandes corporaciones y estamentos encargados de tomar las decisiones por toda la humanidad. Es el sistema social del que formamos parte. Por este motivo, el Centro de Decisiones se encuentra prácticamente sin energía en el ser humano moderno. Este centro se encuentra ubicado, en el cuerpo humano, entre las clavículas y la punta del esternón, en el hueco que forma una V en la base del cuello.
El Centro de la Matriz. Este centro exclusivo de las mujeres es de vital importancia para toda la especie humana en su proceso de evolución. A la matriz solo se le ha dejado la función primaria que es la de reproducción. Pero, la matriz tiene otra función que es la de la percepción pura de la energía tal como fluye en el universo. Acumular energía en la matriz permite a la mujer, y por ende a toda la especie humana, recuperar el vínculo directo que le une con el espíritu. En estos tiempos que estamos tan inmersos en el materialismo es fundamental que la hembra de la especie humana recupere la función secundaria que yace dormida en su interior. La función del hombre en este centro de vitalidad es la de apoyo y de acompañamiento.

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lunes, 10 de agosto de 2015

El Poder de Liberar el Cuerpo

La mayoría de la gente teme al verdadero poder. La vitalidad auténtica es escasa y experimentarla es como sentirse arrancados de un largo sueño. Si se quiere despertar de la muerte en vida de una existencia apagada, se debe superar el miedo.

La práctica del chamanismo es una puerta a abrir, a través de la cual es posible verse a uno mismo, una oportunidad para liberar el cuerpo, expresar el corazón, vaciar la mente, despertar el alma y encarnar el espíritu.

Para experimentar el poder de ser, primero hay que liberar el cuerpo. El cuerpo es la metáfora raigal de nuestra vida y la expresión de nuestra existencia. Es nuestra Biblia, nuestra enciclopedia, la historia de nuestra vida. Todo lo que nos sucede queda registrado en él y por él es reflejado. El cuerpo sabe; el cuerpo dice. La relación entre el yo y el cuerpo es indivisible, insoslayable, inevitable. En el matrimonio entre carne y espíritu, el divorcio es imposible, si bien esto no significa necesariamente que el matrimonio sea feliz o bien llevado.

El camino hacia la plenitud debe comenzar por el cuerpo. Sólo cuando lo habitamos realmente podemos comenzar el viaje sanador. Mucha gente no está cómoda en sus cuerpos ni viven plenamente presentes, en forma vibrante, su corporalidad. Tampoco se suele estar en contacto con los ritmos básicos de nuestra vida corporal. Vivimos fuera de nosotros mismos, en nuestra cabeza, en nuestros recuerdos, en nuestros anhelos, como terratenientes ausentes de nuestras propiedades. Pero, si nos despojamos de nuestros cuerpos, ¿dónde vamos a vivir?

Para muchos, el cuerpo es un enemigo temible cuyos instintos, impulsos y apetitos deben ser conquistados, domados, vencidos, sometidos y reducidos a servidumbre.
Ser -existencia, energía, vitalidad- significa que nuestro espíritu llena nuestro cuerpo. Nuestro ser entero está encarnado. Cuando nos miramos en el espejo, ¿qué vemos? ¿Una mirada apagada y hueca? ¿Un pecho hundido? ¿Una sonrisa fingida? Vayamos a miramos. ¿Qué vemos? Si no es un ser brillante que rebosa energía y presencia, quiere decir que te estás privando el don de la vida. Lo sé por experiencia. Me ha pasado. He visto miles de personas ausentes, todos los hemos visto, en el Metro, en los atascos de tráfico de las horas punta, en el supermercado, perfilados contra las luces mortecinas del atardecer. Y todos sabemos que con frecuencia somos una de esas personas…

El camino que puede llevarte de vuelta a la vida es aprender a mover tu esencia, reingresando la energía a tu cuerpo, ejecutando tu propia danza de adentro hacia afuera, y no de afuera hacia adentro.

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