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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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martes, 20 de mayo de 2014

Misterios Insondables de la Conciencia

La sensibilidad que brota del camino del guerrero está profundamente vinculada con la Tierra. Ese ser majestuoso y exquisito es la suma de todo lo que somos. La Tierra es un mundo desconocido e inagotable, un mundo hermoso, atroz, sobrecogedor, terrible, exuberante. Un mundo para seres beligerantes que no se sienten víctimas de nada, seres en pie de guerra que no necesitan que los salven o los rediman y que están bien y quieren estar mejor. Es un mundo lleno de misterios que nos insta a luchar y no desfallecer, un mundo donde la victimización carece de sentido. Esto es, tal vez, lo que más le agradezco al camino del guerrero: haber elegido que la Tierra es mi ser amado y que acrecentar la conciencia que tengo de ella es el propósito de mi existencia.

No necesito ningún dios, ningún amo, ningún volador que me haga sentir “espiritual” o “chamán”. Me basta con la Tierra, con sus seres y sus elementos, en los que reconozco a mis aliados naturales. Y aunque muriera en este preciso momento, mi corazón estaría lleno de agradecimiento por haber tenido la extraordinaria suerte de vivir en este maravilloso mundo.


Pero si la instalación foránea prevalece y los esfuerzos por erradicarla continúan siendo esfuerzos individuales en una lógica del sálvese quien pueda, no va a haber lugar para la criatura de mar, para la criatura de tierra, para el bosque, el coyote o la lagartija. Van a ser recuerdos, mitos. En cuestión de décadas, sólo habrá humanos en sus “humaneros”. Monocultivos de humanos alienados que se sienten por encima del manantial, la lombriz o la secoya, interesados en colonizar otros planetas para llevar a ellos a sus amos.

Durante dos millones de años de ocupación foránea, nuestros amos han intervenido nuestra filogenia, auspiciando aquellas orientaciones culturales que hoy culminan con una civilización alienada que amenaza con destruir el mundo en el que coexistimos. Porque no es que la razón humana se haya levantado desde el lodo del mundo primitivo. Esa famosa “razón” no es más que el despliegue del intelecto bajo el dominio de los voladores, lo que nos ha llevado a comportarnos como una especie colonizadora extraterrestre que socava la Tierra y esclaviza a sus seres vivientes.
¿Cómo es que en todo ese tiempo la humanidad no ha sido capaz de combatir semejante dominio? Conozco a muchos que durante largo tiempo sostuvieron el intento de encontrar sus manos en un sueño y despertar en él. ¿Cómo es que no se nos ha dicho que es posible hacer lo mismo con el volador, hasta verlo en nuestro ensueño y saber a qué atenernos? ¿A qué tanto temor y suspicacia? ¿Quién se podría molestar si sumamos esfuerzos para ahuyentar a este parásito?

La idea oscurantista de que los misterios insondables de la conciencia no pueden ser explicados ha servido para reafirmar la supremacía de la razón alienada en el orden de los asuntos prácticos de la humanidad.

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viernes, 16 de mayo de 2014

Perseguidos


Somos perseguidos por todo tipo de cosas. Por ejemplo, por pensamientos que nos atrapan y nos empujan hacia una meta. Somos perseguidos por sentimientos que a veces hacen enloquecer a nuestro corazón y, sobre todo, por un fervor que nos arrastra de manera tal que olvidamos todo a nuestro derredor.

Así, perseguidos por otras cosas, también nosotros perseguimos. Por ejemplo, perseguimos al éxito, a menudo al dinero y a la seguridad. También perseguimos a una persona que nos atrae, hasta que al final la cazamos.

Lo que cazamos de esta manera está al servicio de nuestra vida al igual que el animal salvaje lo está al del cazador. También otros nos persiguen a nosotros, para que terminemos siendo su presa. Miramos alertas a nuestro derredor o nos escondemos, para escapar de ellos.

Cazar y ser cazados forman parte de nuestra vida. La pregunta es: ¿cómo cazamos al servicio de la vida y cómo nos comportamos para escapar de aquellos cazadores que atentan contra nuestra vida?

Permanecemos despiertos y nos sintonizamos con aquello que pretendemos cazar y con aquellos que pretenden cazarnos a nosotros. Si estamos en sintonía con aquello que pretendemos cazar, viene a nuestro encuentro. Se sabe al servicio de la vida al igual que nosotros, sólo que del otro lado. Al final detenemos la cacería y confiamos en aquel movimiento que guía todo de manera tal que esté mutuamente al servicio. En lugar de cazar y ser perseguidos nos entregamos a un movimiento eterno. ¿Cómo? Nos volvemos quietos.

Desde la quietud escuchamos y comprendemos muchas voces, también aquellas que se oponen entre sí. Se vuelven un coro con disonancias y armonías, pero todas sintonizadas entre sí. Se persiguen unas a otras como un incentivo y se pierden en el cierre en un gran final con la fuerza creadora que las quiere tal como son: uno en polifonía.

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martes, 6 de mayo de 2014

Dispersion de la Angustia

La angustia es una energía que se acumula en el pecho en un conjunto de fibras luminosas y que se percibe como una presión que en ocasiones llega a dificultar hasta la propia respiración.
La angustia es la marca del hombre moderno, como signo de su ensimismamiento y autorreflexión sin fin. La angustia es producto de la vanidad.
Los chamanes dicen que el hombre se contempla hasta que ya no puede ver más, sólo se preocupa de sí mismo, hasta que llega el momento en que no ve nada.
El hombre moderno se contempla tanto que elimina todo lo demás, preocupándose constantemente solo por sí mismo.


La angustia que siente un guerrero es debido al descenso del espíritu y el movimiento continuado del punto de encaje. Cualquier descenso del espíritu es como morir. Todo en nosotros se desconecta, y después vuelve a conectarse a una fuente de mucha mayor potencia. La amplificación de energía se siente como una angustia mortífera.
Cuando esto ocurre solo nos queda esperar. Ese estallido de conciencia pasa. Lo peligroso es no saber lo que nos está sucediendo. Una vez que lo sabemos no hay peligro.

Este Pase Mágico ha sido diseñado para dispersar la angustia hasta su completa eliminación. Se compone de varias partes.

Preparación: Frotar manos rápidamente.
Todos estos movimientos se deben hacer con una fuerza de impacto en el cuerpo energético, que produce un movimiento vibratorio, proveniente del estómago y no del músculo que es muy lento.
Estos movimientos permiten la sincronía del músculo y tendón en conjunción con el intento y la intención, sólo con esta combinación se impacta al cuerpo de energía.

1. Rodillas ligeramente dobladas y separar todos los dedos como tocando un piano, con las palmas hacia abajo y frente al estómago, mover cada vez más rápido.

2. Juntar los dedos, cerrando el pulgar y con tensión se extienden hacia afuera, como sacando algo y abriendo con mucha fuerza. Sólo se mueven las muñecas, no involucrar los codos.

3. Palmas hacia arriba, se cierran y abren los puños sin mover los brazos, sólo las muñecas de las manos, se abren y se cierran con tensión. La sensación es de agarrar algo más que de soltar.

4. Palmas hacia arriba, juntar los dedos con el pulgar protegido, abrir y cerrar manos, con las muñecas, tensando todo el brazo y pectorales.

5. Círculo hacia atrás exhalando, y exhalar al frente sin hacer tanta presión (lento).

6. Se curva un poco la espalda al bajar cruzando las manos se flexionan las rodillas y con fuerza se levantan los brazos a los lados y hacia afuera, como una defensa de dos golpes por detrás. Se inhala abajo y se exhala al expandir brazos a los lados.

7. El tronco gira hacia el lado izquierdo como un robot, haciendo presión con la mano derecha, semiflexionada, torcer lo más posible el tronco haciendo espirales, como dando cuerda, relajar tomando un pequeño vuelo y golpear al lado contrario fuertemente como si se soltase una liga, que se detiene con el brazo en defensa exactamente al lado del cuerpo (Repetir 3 o 5 veces de cada lado).

8. Impactando el cuerpo de energía: (Látigo)
En este movimiento la energía que se trabaja no tiene nada que ver con el músculo, debe salir de un impacto en el ombligo, y en el general al cuerpo de energía, se sacude la cadera como látigo, este movimiento abre y cierra la energía.

- Se inicia abriendo la energía con palmas hacia arriba, a la altura del ombligo, primer impacto, exhalando en cada impacto y haciendo gran presión en el momento en que para.
- 2do. Impacto a la altura del pecho: palmas abajo, los brazos tensos, pulgar junto, tensar brazo hasta muñeca, pero mano relajada.
- 3er. Impacto: palmas arriba y lejos.
- 4to. Impacto: palmas abajo y cerca del ombligo.

(Hacer a este ritmo las veces que se quiera y terminar cerrando la energía con palmas abajo).
Nota: El torso latiguea cada vez que se impacta el abdomen, pero de una manera natural, ya que la base fundamental de este ejercicio son los impactos.

9.- Inhalar al centro y alzando rodilla, cruzando un poco la pierna que sube flexionada y cruzar manos al frente como de defensa o de equilibrio.

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jueves, 1 de mayo de 2014

El Primer Principio del Camino del Guerrero

Existe un umbral que, una vez franqueado, no permite retiradas. Normalmente, desde el momento en que el espíritu toca la puerta, pasan años antes de que la persona llegue a ese umbral. Sin embargo, en algunas ocasiones se logra llegar a él casi de inmediato.

Un guerrero tiene la obligación de recordar muy claramente cuándo y cómo ha cruzado ese umbral, a fin de fijar en su mente el nuevo estado de su potencial perceptivo. Cruzar ese umbral significa entrar en un mundo nuevo, y no es esencial ser aprendiz de guerrero para llegar a ese umbral; la única diferencia entre el hombre común y corriente y un guerrero, en esos casos, es lo que cada uno pone de relieve.
El guerrero recalca el cruce del umbral y usa ese recuerdo como punto de referencia. El hombre común y corriente recalca el hecho de que se refrena al cruzarlo y de hacer lo posible por olvidarse de haber llegado a él.

Cortar nuestras cadenas es algo maravilloso, pero también algo muy fastidioso porque nadie quiere ser libre. Una vez que nuestras cadenas están rotas, ya no estamos atados a las preocupaciones del mundo cotidiano. Aún estamos en el mundo diario, pero ya no pertenecemos a él. Para pertenecer a él debemos compartir las preocupaciones y los intereses de la gente, y sin cadenas no podemos.
La característica de la gente normal es que compartimos una daga metafórica: la preocupación con nuestro reflejo. Con esa daga nos cortamos y sangramos. La tarea de las cadenas de nuestro reflejo es darnos la idea de que todos sangramos juntos, de que compartimos algo maravilloso: nuestra humanidad. Pero si examináramos lo que nos pasa, descubriríamos que estamos sangrando a solas, que no compartimos nada, y que todo lo que hacemos es jugar con una obra del hombre: nuestro predecible reflejo.

Un guerrero es, en esencia, un ser implacable, de recursos muy fluidos y de gustos y conducta muy refinados; un ser cuya tarea en este mundo es afilar sus aristas cortantes, una de las cuales es la conducta, para que así nadie sospeche de su inexorabilidad.

Todo cuanto hacen los chamanes es consecuencia del movimiento de sus puntos de encaje, y esos movimientos están regidos por la cantidad de energía que tienen a su disposición.
Cuando el punto de encaje se mueve y llega al sitio donde no hay compasión, la posición de la racionalidad y el sentido común se debilitan. La sensación de tener un lado viejo, oscuro y silencioso es una visión de los antecedentes de la razón.
El sitio donde no hay compasión tiene que ver con “el descenso del espíritu”. A fin de revelar los misterios de la percepción a la humanidad, el espíritu elige un momento en el que el ser humano está distraído, con la guardia baja y, sin mostrar piedad alguna, deja que su presencia mueva, por sí misma, el punto de encaje a una determinada posición. Una posición que los chamanes describen como el sitio donde uno pierde la compasión o el sitio donde no hay piedad. A partir de ahí, el no tener compasión se convierte en el primer principio del camino del guerrero.

El verdadero enemigo y la fuente de la miseria humana es la compasión por sí mismo. Sin cierto grado de compasión por sí mismo, la humanidad, no podría existir. Sin embargo, una vez que esa compasión se emplea, desarrolla su propio impulso y se transforma en importancia personal.
La importancia personal es la fuerza generada por la imagen de sí. Es esa fuerza la que mantiene el punto de encaje fijo en donde está en el presente. Por ese motivo, todo cuanto hacen los chamanes está dirigido a destronar la importancia personal.
El espíritu al mover nuestro punto de encaje, alejándolo de su posición habitual, nos hace alcanzar un estado de ser que sólo podríamos llamar “el punto de no tener compasión”.

Los chamanes saben, gracias a su experiencia práctica, que en cuanto se mueve el punto de encaje se derrumba la importancia personal, porque sin la posición habitual del punto de encaje, la imagen de sí pierde su enfoque. Sin ese intenso enfoque se extingue la compasión por sí mismo y con ella la importancia personal, ya que la importancia personal es sólo la compasión por sí mismo disfrazada.
La posición habitual y la imagen de sí obligan al punto de encaje a armar un mundo de falsa compasión, pero de crueldad y egoísmo muy reales. En ese mundo, los únicos sentimientos verdaderos son los que convienen a quien los tiene.
Para los chamanes, el no tener compasión no es ser cruel. El no tener compasión es la cordura, lo opuesto a la compasión por sí mismo y la importancia personal.

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miércoles, 16 de abril de 2014

La Capa de la Confianza

La confianza en el verdadero sentido está ligada al respeto. Respeto al mundo que nos rodea y respeto a nosotros mismos. Mucha gente desconoce el respeto. Al atrevido nadie le enseñó a respetar y el tímido para vencer su timidez atropella. La confianza sabe esperar pues sabe que nuestro intento se va a realizar. La espera es un aspecto de la fuerza, el atropello lo es de la debilidad. La espera es modesta y sobria, y ambas van de la mano.

La confianza del guerrero es como un manto que hay que construir, que se teje con un hilo que va y que viene, que se trenza, que se engancha y se anuda sólidamente, cubriendo una superficie donde antes no había sino desconfianza, ahora hay confianza. Tejer la capa es un trabajo, lleva esfuerzo, tiempo, dedicación, disciplina. Cada lazo implica el movimiento de un dedo; paso a paso se va tejiendo la capa, paso a paso se va formando esa conciencia de que se puede, donde antes imperaba el “no puedo”. La trama es tan cerrada que no hay espacio libre alguno en ella, no hay cabida ni para albergar la sombra de una duda. La tela de la capa es de puro poder y nada más que poder.


¡Qué alivio, qué explosión de alegría cuando se descubre, se ve, se siente que se puede cambiar la forma de pensar, que uno puede colocarse en una posición insólitamente nueva, tan ajena al modo de ser habitual, como lo es la convicción de que si se puede! Así, al mover las piernas, al agacharme, al mover los brazos, los antebrazos y las manos se enlaza la hebra ajustándola para tejer la trama cerrada de ese pase mágico llamado la capa de confianza. Y mi vida se transforma mágicamente.

Empiece con una exhalación larga mientras ambas manos se traen al nivel del pecho, los codos se sostienen cómodamente cerca de cintura.
Acopie energía con la mano derecha del lado derecho del cuerpo y tráigala al punto V. Inhale mientras recoge y exhale mientras la mano se trae al punto V.
Se hace tres veces, primero al nivel de la cintura, después al nivel del plexo solar, y finalmente al nivel del hombro.
La mano izquierda se mantiene al nivel de la cintura mirando hacia el cuerpo.
La mano derecha se vibra delante del punto V durante el tiempo de una inhalación – exhalación − inhalación y entonces la mano izquierda hace círculos que empiezan entre la mano izquierda y pecho moviéndose hacia abajo y hacia afuera del cuerpo, (3 veces).
La mano izquierda se hace un puño y la derecha traza tres círculos más.
El puño izquierdo (la mano no se abre) entonces recoger energía del lado izquierdo reflejando el movimiento del lado derecho, se vibra delante del punto V durante el tiempo de una inhalación – exhalación − inhalación, entonces los círculos con la mano derecha (3 veces) que empiezan entre la mano derecha y pecho moviéndose hacia arriba y hacia fuera del cuerpo. Entonces con la mano derecha se hace un puño y la izquierda traza 3 círculos más.

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martes, 1 de abril de 2014

La Primera Atencion

Existen tres niveles de conocimiento:
- La Primera Atención
- La Segunda Atención
- La Tercera Atención
Cada una de ellas es un dominio independiente y completo en sí mismo.
La primera atención es la más importante de las tres.

Las proposiciones explicatorias son intentos de traer al primer plano el modo como funciona la primera atención, algo que pasa totalmente desapercibido para nosotros.
Se considera imperativo que se comprenda la naturaleza de la primera atención, si es que queremos aventurarnos en las otras dos.

A la primera atención se le ha enseñado a moverse instantáneamente a través de todo un espectro de las emanaciones, sin poner el menor énfasis evidente en ello, a fin de alcanzar “unidades perceptuales” que todos nosotros hemos aprendido que son perceptibles.
A esa hazaña de la primera atención le llamamos “desnatar”, en el sentido de elegir lo mejor de una cosa, porque implica la capacidad de suprimir las emanaciones superfluas y seleccionar cuáles de ellas se deben enfatizar.

Para explicar este proceso tomamos por ejemplo una montaña.
La primera atención de una persona, al momento de ver la montaña, ha “desnatado” (ha elegido) una infinita cantidad de emanaciones para obtener un milagro de percepción; un “desnate” que todos los seres humanos conocemos porque cada uno de nosotros lo hemos logrado alcanzar por nosotros mismos.

Todo aquello que la primera atención suprime para obtener un “desnate”, ya no puede ser recuperado por la primera atención bajo ninguna condición.
Una vez que aprendemos a percibir en términos de “desnates”, nuestros sentidos ya no registran las emanaciones superfluas.

Para dilucidar este punto podemos ver el “desnate” cuerpo humano.
Nuestra primera atención es completamente inconsciente de las emanaciones que componen el luminoso cascarón externo del cuerpo físico.
Nuestra esfera luminosa no está sujeta a la percepción, ya que se han rechazado las emanaciones que lo harían perceptible en favor de las que permiten a la primera atención percibir el cuerpo físico tal como lo conocemos.
Por tanto, la meta perceptual que tienen que lograr los niños mientras maduran, consiste en aprender a aislar las emanaciones apropiadas con el fin de canalizar su percepción caótica y convertirla en la primera atención; al hacerlo, aprende a construir “desnates”.

Todos los seres humanos que rodean a los niños les enseñan a “desnatar”.
Tarde o temprano los niños aprenden a controlar su primera atención a fin de percibir los desnates en términos semejantes a los de sus maestros, los adultos que les rodean.

Es maravillosa la capacidad de los seres humanos de impartir orden al caos de la percepción.
Cada uno de nosotros, por sus propios méritos, es un mago magistral y nuestra magia consiste en imbuir de realidad a los "desnates" que nuestra primera atención ha aprendido a construir.
El hecho de que percibamos en términos de “desnates” es el mandato de las emanaciones de la Creación, pero percibir los mandatos como objetos es nuestro poder, nuestro don mágico.

Nuestra falacia, por otra parte, es que siempre acabamos siendo unilaterales al olvidar que los “desnates” solo son reales en el sentido de que los percibimos como reales, debido al poder que tenemos para hacerlo.
Esto es un error de juicio que destruye la riqueza de nuestros misteriosos orígenes.

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domingo, 23 de marzo de 2014

El Poder Personal

El poder personal es un sentimiento, algo así como tener suerte. También podría definirse como un estado de ánimo.
El poder personal es algo que uno adquiere sin importar su propio origen.
Una persona de conocimiento es aquella que, sin apurarse ni desfallecer, llega lo más lejos que puede en desentrañar los secretos de su propio poder personal.


Para que el cuerpo se sienta perfectamente, el secreto no está en lo que uno mismo se hace, sino más bien en lo que no se hace. Una persona es impecable cuando confía en su poder personal, sea éste pequeño o grande.
El sino es inalterable y el desafío consiste en cuán lejos se puede llegar dentro de los rígidos confines del poder personal y que tan impecable se puede llegar a ser.

Cuando vivimos de acuerdo a nuestro poder personal tenemos la oportunidad que siempre hemos estado esperando: percibir y vivir como seres luminosos.
En la condición de seres luminosos todo el organismo se eleva a un estado desconocido en el que se ilumina tanto interior como exteriormente, se purifica y se fortalece, haciéndose vigoroso y alegre al mismo tiempo. Empieza a fluir del individuo un encanto especial, que es algo más que simple belleza y en sus ojos brilla una curiosa transparencia.

El juego del cuerpo llevado por el poder personal adquiere una gracia que antes no tenía y el simple hecho de moverse constituye placer y felicidad, como también respirar.
Todas las gratificaciones anteriores como el beber, el café, las grasas, los estimulantes, acostarse tarde, los lujos innecesarios, los placeres nocturnos, no parecen sino sueños mortecinos; llega ahora el amanecer, todo encaja en su lugar natural, todo es saludable y portador de alegrías infinitas.

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lunes, 17 de marzo de 2014

La Energia de los Tendones

La supervivencia depende muchas veces de la capacidad para adaptarse a los cambios del medio ambiente. El movimiento forma parte de esa adaptación.

Los tendones anclan los músculos con firmeza en los huesos. Están compuestos de tejido conjuntivo fibroso denso y con forma de gruesos cordones, los tendones tienen gran resistencia.

Los chamanes del antiguo México daban suma importancia a la fuerza que denominaban energía de los tendones. Afirmaban que la energía vital se desplaza por el cuerpo a través de un vía exclusiva formada por los tendones. Ya desde la más remota antigüedad, los chamanes, llamaron energía de los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los músculos profundos que van desde el cuello hasta el pecho, los brazos y la columna vertebral, atraviesa el abdomen superior e inferior desde el borde de la caja torácica hasta la entrepierna y desde aquí se desplaza a los dedos de los pies.

El inicio tradicional de la utilización de la energía de los tendones radica en el uso de algunos recursos sencillos empleados de dos formas:
1. Creando un efecto vibratorio en determinados centros de la energía de los tendones.
2. Provocando el efecto de la presión en los mismos centros.

El efecto vibratorio es el agente que sirve para aflojar la energía estancada. La presión es el agente que dispersa la energía.

Es necesario fluidificar mediante la vibración la energía alojada en un centro de los tendones y luego hay que presionarla para que siga fluyendo.
Resultaría nefasto presionar directamente los puntos de energía del cuerpo sin antes haberlos sometido a una vibración preliminar, ya que la energía estancada se tornaría incluso más inerte si se la somete a presión.

Al trabajar con los músculos y con la energía de los tendones se nos dará la información sobre el estado global de salud, enfermedades agudas que nos podrían aquejar, los trastornos crónicos, cuadros de comportamiento, las alteraciones psicológicas y un sinfín de posibilidades para comprender el estado real de la persona, así como una guía eficiente para iniciar un proceso basado en las necesidades prioritarias que expresará la propia persona.
No se trata de curar o sanar ninguna enfermedad. Lo que se consigue es equilibrar el flujo de la energía y la postura de la persona, poniendo el cuerpo en la mejor condición para que pueda sanarse a sí mismo.

Cada célula contiene suficiente información como para construir un cuerpo entero, siendo reemplazadas por lo menos cada siete años. Actualmente, algunos investigadores creen que todos los elementos se reemplazan cada nueve meses, y que muchas células se reemplazan todavía más rápidamente. Las células de los intestinos viven solo 36 horas.
Nada supera el poder que tiene nuestro cuerpo para sanarse a sí mismo.

Los pases mágicos que movilizan la energía de los tendones producen un efecto que no responde a las explicaciones habituales. Los movimientos no son ejercicios físicos, ni posturas corporales, aunque lo parezcan; sino verdaderos intentos de alcanzar el estado óptimo del ser.
La magia de los movimientos radica en el cambio sutil que se experimenta al practicarlos, introduciendo en el estado físico y mental del practicante una cualidad efímera, una especie de brillo, una luz en la mirada… este cambio sutil es el “toque del espíritu”.
Es como si a través de los movimientos, los practicantes recuperaran un vínculo inutilizado con la fuerza de la energía vital que los sustenta.

Otro motivo por el cual los movimientos se denominan pases mágicos consiste en que, al practicarlos, en lo que a percepción se refiere, los practicantes son transportados a otros estados del ser en los que perciben el mundo de manera indescriptible.
En virtud de esta cualidad de su magia, los pases no deben practicarse como ejercicios, sino como un modo de llamar al poder.

Cuando se ejecutan los movimientos, los practicantes deben comprender la interacción que se crea entre la relajación y la tensión de determinados músculos para acceder a un deseado estallido físico que llamamos energía de los tendones. Se trata de una verdadera explosión de los nervios y los tendones situados debajo del centro de los músculos.

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