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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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martes, 6 de enero de 2015

Respiracion de Equilibrio

Esta respiración ha sido un secreto desde hace generaciones. Esta respiración refleja las fuerzas duales de la creación y la destrucción, la luz y la oscuridad, el ser y el no ser.

Hay que sentarse con la columna encorvada y hay que pegar las rodillas contra el pecho.

Sin despegar los pies del suelo, hay que abrazar las pantorrillas entrelazando los dedos firmemente.

Suavemente hay que ir bajando la cabeza, hasta que el mentón toque el pecho.

Esta es una respiración poderosa. Puede hacer que uno se desmaye o se duerma.

Hay que inhalar rápida y superficialmente.

Continuar respirando de esta manera durante al menos diez minutos.

Después, dar un empujón a la persona que le haga rodar hacia atrás, hasta quedar acostada en el suelo, pero sin soltar la presión de los brazos.

Primero la espalda toca el suelo, y se queda uno observando las sensaciones.

Después, se sueltan los brazos y se observan las sensaciones.

De ejecutarse regularmente, con calma y deliberación, esta respiración equilibra de manera gradual nuestra energía interna

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martes, 23 de diciembre de 2014

Los Actos a Proposito

La solidez aparente del yo, que nos fuerza a desarrollar una manera de comprender el mundo, de ser y de comportarnos, puede llegar a derrumbarse voluntariamente. De la misma forma que con ciertos “no-haceres” interrumpimos la descripción ordinaria del mundo que nos rodea, también podemos llegar a suspender definitivamente la descripción de nuestra propia persona, hasta reinventarnos totalmente a nosotros mismos y experimentarnos como campos de energía en libertad.


Cada día, de la vida de un buen ciudadano, sucede en el seno del Tonal, que da sentido a todas sus acciones, pensamientos y deseos. Todo lo que es, dice, piensa y hace a lo largo de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, pertenece al Tonal; cuya misión es poner orden y estructura en el caos y proteger al Ser del impacto impredecible de lo Ilimitado.

La manera de actuar del guerrero es el “acto a propósito”, que transforma cada situación cotidiana en una estrategia, que no solo acaba con el drenaje de energía que le producen los actos mecánicos, sino que convierte hasta las más simples acciones en poder personal. Así emprende la batalla contra sus debilidades y limitaciones, contra las fuerzas que obstaculizan su Conocimiento, Amor y Voluntad, y que están determinadas por la historia personal. Intenta encontrar la impecabilidad hasta en las más pequeñas acciones, dando lo mejor de sí mismo en cada cosa que hace o en cada proyecto que emprende. Su propia sobriedad le mantiene en los momentos difíciles de su camino hacia el verdadero sentimiento, después de disolver las necesidades y deseos, y le transmite el equilibrio y la entereza que le sostienen ante los desafíos del pensamiento y la emoción.

El guerrero sabe que cada acto que realiza, debilita o fortalece su energía, y por eso intenta ser impecable en cada acción por insignificante que pueda parecer. Así construye su vida sobre la comprensión de que es de su sola responsabilidad la creación de su vida, poder gozar de buena salud, y ser digno de alcanzar el contacto íntimo con el Espíritu. Para ello, lo primero que aprende es a redirigir su energía, por medio de acciones inusuales o actos a propósito (“no-haceres”) que no se derivan mecánicamente de los condicionamientos del pasado. Y, poco a poco, estos “actos a propósito” borran las tendencias producidas por la historia personal; se deshace de los vicios desgastantes, se comunica con los árboles, realiza largas caminatas de atención silenciosa, entiende el mensaje de las aves, vive los mundos arquetípicos, ensueña en pareja…

La autojustificación, la crítica, el lamento social, la palabrería, la prepotencia, el exceso de explicaciones, el recuerdo de la historia personal, las discusiones, el dormir mucho o demasiado poco, el pensar en exceso, y un largo etc., son un buen ejemplo del despilfarro diario de energía en asuntos sin trascendencia, por no mencionar la enorme fuerza que se pierde a través de las emociones, que son hijas del pensamiento mecánico. Más nos hablamos a nosotros mismos, caemos en las emociones desgastantes y nos perdemos de percibir la Realidad.

La importancia personal consume más del noventa por ciento de nuestra energía, sin que nos aporte nada que valga, salvo enfermedad, soledad o debilidad. Así la disminución de la importancia personal es el objetivo prioritario de un guerrero.

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martes, 16 de diciembre de 2014

El No-Hacer de la Percepcion
y la Atencion que Detiene el Mundo

Cómo Liberar tu Mente
Cuando miramos un objeto solo podemos ver un lado a la vez; así es la naturaleza de la visión. Exactamente de la misma manera, cuando pensamos en algo, solo podemos pensar en ello dentro de un contexto a la vez; así es la naturaleza del pensamiento. El contexto determina lo que la mente piensa con la misma seguridad en que el ángulo de visión determina lo que ven los ojos.

“Contenido” significa “la cosa en sí” y “contexto” significa la manera en cómo se interactúa con ella.
Entender cómo el cambio de contexto cambia la experiencia humana es fundamental para entender la vida humana de manera práctica.


La Mente es Reductiva
La mente es incapaz de saber qué es algo, y también es incapaz de entender completamente que no lo puede saber. Todo lo que puede hacer la mente es crear modelos, y luego insistir en que la realidad encaje en estos modelos, lo que en la realidad raras veces ocurre.

Describir cualquier cosa completamente requeriría una cantidad infinita de declaraciones. Puesto que es muy inconveniente para la mente crear un número infinito de declaraciones, tiene que decidir qué aspecto de una cosa es importante, y luego usar ese aspecto como símbolo de la totalidad. La elección del aspecto a usar de esta manera determina en gran medida con qué eficiencia la mente creará felicidad y poder para el individuo.
Cuando una persona está experimentando dificultades para conseguir algo es porque esa persona está manteniendo la situación en un contexto inapropiado. La limitación es realmente una función del contexto y el cambio apropiado de contexto hace que lo que parecía ser una limitación tome otro aspecto.

No Existe ningún Contexto Universalmente Apropiado
No existe contexto alguno en el que una persona quisiera sabiamente mantenerse todo el tiempo; la capacidad de cambiar de contextos libremente es altamente deseable. “El pensamiento positivo” no es siempre deseable y si uno se atiene a él con demasiada rigidez, puede ser limitador e incluso peligroso. Lo deseable es el “pensamiento apropiado”.
El pensamiento positivo es maravilloso y desde luego tiene su lugar apropiado, pero no es sustituto para el sentido común y la acción diligente. Cada modelo tiene su limitación y cualquier modelo al cual uno se aferra rígidamente se convertirá en una trampa.

La Mente es una Biblioteca de Contextos
Para interactuar con el mundo que nos rodea tenemos que clasificar los datos que recibimos con nuestros sentidos y luego ordenar todo según el tipo y su función. Desempeñamos esta tarea compleja con sorprendente velocidad y además lo damos por sentado. Para hacer esto posible llevamos con nosotros una biblioteca de contextos “computarizada” de alta velocidad conocida como “la mente”. La interacción entre la mente y la experiencia determina en qué contexto se mantendrá una experiencia, y esa interacción se conoce como “pensamiento”.

El Origen de Toda Negatividad
Podemos definir la negatividad como el “uso habitual de contextos inapropiados para optimizar la propia felicidad y el propio poder”.

En cualquier momento dado, una persona puede estar experimentando exactamente lo que está experimentando. La persona puede estar agradecida por esa experiencia o puede estar comparándola con un estándar imaginario, como “lo que quisiera que estuviera aquí”, “lo que debiera estar aquí” o “lo que solía estar aquí”, etc., y decidir que lo que realmente está experimentando no llega a lo que se puede imaginar. La primera opción se llama “celebrarlo”, la segunda se llama “mal-hacer”.
La gente tiene tremendas ganas de sentirse bien y al mismo tiempo un fuerte impulso por tener razón. Entonces insisten en que lo que están “mal-haciendo” realmente es malo en sí, y luego retiran su conciencia del hecho en un esfuerzo por sentirse bien. Esta retirada de conciencia es conocida como “represión”.
Después de “mal-hacer” y de reprimir, lo que se “mal-hizo” se convierte en algo de lo cual la persona se esconde, o se aleja. La sensación desagradable se almacena en el cuerpo como una tensión crónica o algún otro problema físico. Lo que pasa en la mente es algo como esto: Un mecanismo nuevo se crea en la mente (inconscientemente) y este mecanismo evalúa constantemente la experiencia de la persona en cada momento y la compara con su estándar imaginario. Así, una vez que se haya “mal-hecho” algo y se haya reprimido, se seguirá “mal-haciéndolo”, de la misma manera en cada momento.

El Origen de Comportamientos y Experiencias No Deseados
Cuando se hace algo mal (“mal-hacer”), se crea un deseo para que sea mejor, y la mente empieza a hacer planes para mejorarlo. En el momento de la represión, el mejor plan que puede inventar la mente hasta ese momento se convierte en una parte importante del mecanismo nuevo.
Subsiguientemente, si la experiencia actual en algún momento es evaluada por la mente como siendo demasiada baja, entonces ese plan, que ahora es conocido como “adaptación compulsiva”, es puesto en acción inmediatamente por la mente inconsciente.

Como experiencia estas adaptaciones compulsivas se conocen como “impulsos”. La mayoría de la gente tiene uno o más impulsos que dan la impresión de no terminar nunca. Es fácil entender que los impulsos muchas veces son para cosas que no ayudan ni en la felicidad, ni en la buena salud, ni en la prosperidad de una persona. Esto no es sorprendente si consideramos que los impulsos surgen de mecanismos de dualidad de “mal-hacer”.
La mayoría de la gente tienen un impulso u otro operando en todo momento. Mucha gente piensa que el propósito de sus vidas es satisfacer sus impulsos: nada más hayan terminado de satisfacer un impulso, llegará otro en su lugar y seguirán su rumbo satisfaciéndolo.

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lunes, 1 de diciembre de 2014

La Magia de la Atencion

El mundo que nos rodea, y que percibimos cotidianamente, aparece como algo estable y bien definido solo en la superficie, debido esencialmente a la limitación perceptiva de nuestros sentidos. La Realidad no está constituida por objetos, sino por Campos de Energía interconectados, que los pueblos indígenas denominan las Emanaciones del Águila, las Cuerdas de Luz que sostienen el Universo, o las Venas de lo Eterno. Estas emanaciones tienen no sólo una naturaleza auto-consciente, sino trascendente, manifestándose como puertas interdimensionales y espacios de “poder” donde todas las leyes físicas conocidas pueden ser superadas o transformadas.

Todo lo que somos, pensamos, recordamos y hacemos en la vida, está encerrado dentro de esta ínfima parte del universo que designamos como “lo conocido”. Nuestra asignatura pendiente como seres humanos es alinear y percibir este inmenso universo que llamamos el Misterio desconocido.

Como seres humanos solo tenemos la libertad de encauzar nuestras energías y en plena conciencia, saltar fuera de los estrechos límites de la percepción ordinaria y completando nuestra intensa experiencia en el Tonal con el conocimiento de otros mundos increíbles que forman parte del Nagual.
El primer paso es ahorrar ese auténtico chorro de energía que cotidianamente invertimos en estallidos emocionales, en pensamientos obsesivos, en criticar y condenar a los demás, en la defensa de nuestra imagen e historia personal, en los hábitos debilitantes, en la impaciencia y la prisa, en tensiones musculares… es decir, en todo eso que integra nuestra importancia personal.
Con la energía disponible que vamos acumulando, con la práctica sistemática del no-hacer de la personalidad, cargamos intensamente nuestro intento, conocer los mundos del ensueño y recapitular nuestra existencia hasta quedar vacíos de ego.

Lo único que tiene verdadera importancia para el guerrero es el descenso del espíritu y el movimiento del punto de encaje que este descenso produce en su interior. Pero, paradójicamente, ninguna técnica ni conocimiento puede lograr esta manifestación del más allá. La senda que conduce al espíritu es intransmisible, y está en función de los actos más que de las creencias; de la confianza y entrega al Poder más que del convencimiento de los méritos propios o del orgullo derivado de la autodisciplina; de lo que uno se ha olvidado más que de lo que se recuerda; de la sinceridad y el desapego del énfasis ante lo desconocido, más que de la repetición de un programa o de la obediencia a un guía.

Cada persona tiene aficiones diferentes. Unos eligen la pintura, el cine, otros la música, la naturaleza, estos la fotografía, la cocina, aquellos la lectura, la televisión… Cada uno de estos apartados que pueden ser infinitos (la ecología, el alpinismo, coleccionar sellos, la huerta, escribir, bailar, los negocios, las relaciones sociales, la práctica religiosa, las artes marciales…) son semejantes a diferentes Emanaciones del Águila y, según sea elegido uno u otro, en su faceta oscura o luminosa, puede resultar ser tan distinto como un poeta, un asesino o una buena madre de familia. Ahora bien ¿qué es lo que pone orden en estos inmensos archivos universales? ¿Qué determina lo que te gusta, o no de los autores contemporáneos, de la pintura renacentista o del budismo? ¿cómo dar sentido a tus percepciones? Este es el papel de la Atención, cuya cualidad esencial es la de otorgar orden y sentido a todo lo que percibimos. Y esta Atención no solo funciona en el mundo conocido, sino que también pone orden en lo desconocido, fijando la realidad siempre cambiante del otro mundo, para que podamos movernos coherentemente en su interior.

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martes, 25 de noviembre de 2014

Romper el Convenio

En el camino del guerrero lo importante es el juego de la percepción. Ensoñar o acechar significa ensanchar el campo de lo que se puede percibir a un punto inconcebible para la mente.

En opinión de los guerreros, todos nosotros en general poseemos dones naturales de ensoñadores o de acechadores, y a muchos de nosotros nos resulta muy fácil ganar el control de la atención de ensueños, o el de la atención del acecho, y lo hacemos de una manera tan hábil y natural que la mayoría de las veces no nos damos cuenta de haberlo realizado.
El camino del conocimiento es algo bastante abstracto: la habilidad que algunas personas desarrollan para expandir los límites de su percepción normal. La cualidad abstracta del camino del conocimiento anula automáticamente cualquier connotación positiva o negativa de los términos usados para describir a quienes la practican.

Expandir los límites de la percepción normal es un concepto que surge de la creencia de los guerreros de que nuestras opciones en la vida son limitadas debido a que están definidas por el orden social. Los guerreros creen que el orden social crea nuestra lista de opciones, pero que nosotros hacemos el resto; al aceptar solamente esas opciones limitamos nuestras casi ilimitadas posibilidades.
Por fortuna estas limitaciones son aplicables sólo a nuestro lado social, y no al otro, prácticamente inaccesible, que no cae dentro del dominio de la percepción ordinaria.
Por lo tanto el principal esfuerzo de un guerrero tiende a revelar ese lado. Esto lo logra quebrando el débil pero con todo resistente caparazón de las suposiciones humanas respecto a lo que somos y lo que somos capaces de ser.

Los guerreros aceptan que en nuestro mundo de los diarios quehaceres hay quienes tientan lo desconocido en busca de opciones diferentes de la realidad, pero argumentan que, por desgracia, tales búsquedas son esencialmente de naturaleza mental. Los actos de naturaleza mental nunca nos abastecen de la energía necesaria para cambiar nuestro modo de ser, y sin energía los nuevos pensamientos y las nuevas ideas casi nunca producen cambios en nosotros.
En el camino del guerrero, sin retirarse del mundo y sin dañarse en el proceso, se logra realizar la magnífica tarea de romper el convenio que ha definido la realidad.

Los guerreros del antiguo México practicaban dos artes: el arte de ensoñar y el arte de acechar. Practicar uno u otro arte estaba decretado por la aptitud innata de cada practicante. Ensoñadores son aquellos que poseen la habilidad de fijar lo que los guerreros llaman "la atención de ensueños", un aspecto especial de la conciencia, en los elementos de los sueños normales. Acechadores son aquellos que poseen una aptitud innata conocida como "la atención del acecho", otro estado especial de la conciencia que permite encontrar los elementos clave de cualquier situación en el mundo cotidiano y fijar dicha atención en ellos, a fin de alterarlos o de ayudarlos a permanecer en su curso.

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viernes, 14 de noviembre de 2014

Polvo en el Camino

En la vida hay muchos caminos que que se pueden recorrer, pero un ser humano antes de embarcarse en un camino, debe estar libre de miedo y ambición; entonces, deberá preguntarse si el camino tiene o no tiene corazón. Una vez hecha la pregunta, esa persona conocerá la respuesta. Un camino sin corazón nunca se disfruta; por el contrario, se vuelve contra uno y nos destruye. Un camino con corazón, en cambio, es aquel que nos hace disfrutar según lo vamos andando. El camino sin corazón, en todo su recorrido, nos da dolor y angustia. En cambio el camino con corazón nos da armonía y bienestar.


El ser humano que se adentra en el camino del guerrero tiene que dejar todo lo que antes conocía y amaba; el viaje es solitario y no es fácil, más no desolador. En este viaje no hay lugares familiares, ni gente conocida; está acechado por fantasmas, seres humanos con angustias y ansiedades comunes; "fantasmas" que llaman y buscan que el guerrero se pierda en el camino.

El arte del guerrero es equilibrar el prodigio de ser humano con el temor de ser humano. Para sobrevivir en el camino del guerrero se debe ser claro y estar mortalmente seguro de nuestra impecabilidad.

Es en el hacer de nuestro mundo, ahí mismo, donde encontramos el camino. A fin de cuentas lo que en principio debemos de trabajar es en despojarnos de toda la basura que llevamos dentro y remover el cúmulo de ideas fijas y preconcebidas con las que convivimos y creemos ser.

Todas las técnicas sobre el lado derecho tienen como finalidad guiar a un guerrero a aprender a ahorrar su energía. Es muy fácil "perderse" en la selva de las técnicas, es decir, tomarlas como fin, cuando tan sólo son medios.

El campo de batalla del guerrero está en el mundo cotidiano y en el trato con sus semejantes. A fin de cuentas y en pocas palabras, aprender a vivir de manera sobria y disciplinada, sin dilapidar nuestra energía. Todo lo que se requiere es impecabilidad, eso es energía. Todo comienza con un solo acto que tiene que ser premeditado, preciso y continuo. Si este acto se lleva a cabo por un periodo de tiempo lo suficientemente largo uno adquiere un sentido de intento inflexible que puede aplicarse a cualquier cosa. Si se logra ese intento inflexible el camino queda despejado y, entonces el guerrero, empieza a emplear todo su potencial.

Lo que verdaderamente necesitamos es sobriedad, y nadie puede dárnosla, ni ayudarnos a obtenerla, salvo nosotros mismos. Sin ella, el movimiento del punto de encaje es caótico, como son caóticos nuestros sueños ordinarios. Así que, al fin y al cabo, el procedimiento para conseguir que el cuerpo energético se acerque a nosotros, y poder usarlo, es la impecabilidad en nuestra vida diaria.

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domingo, 2 de noviembre de 2014

Escudos Vacios

Los seres humanos se encuentran en un estado inquietante de socialización y esconden sus verdaderas necesidades detrás de placebos sin significado alguno, como escudos vacíos. Por ejemplo, la preocupación con la presentación y defensa del "yo" en la vida diaria es uno de esos escudos vacíos. Los guerreros-viajeros lo consideran un placebo porque no expresa en lo absoluto nuestras verdaderas necesidades, que serían mejor descritas por asuntos tan básicos como cuestiones sobre la naturaleza de la conciencia, el propósito de nuestras vidas, la incambiable condición de nuestra muerte. La forma de tratar dichas cuestiones es "el camino del guerrero".

Los movimientos mostrados en Tensegridad son maniobras energéticas diseñadas para aislar y mejorar lo que los guerreros-viajeros llamaban "cuerpo energético", o el conglomerado de campos energéticos que ellos consideran son la contraparte del cuerpo físico.
Los hombres y mujeres chamanes que vivieron en México en tiempos antiguos practicaron estas series de movimientos con el fin de almacenar energía en sus cuerpos y manipularla. Los movimientos en realidad no fueron inventados por ellos sino que fueron descubiertos por ellos a través de sus prácticas de ensueño.
El ensueño para los guerreros-viajeros, es el arte de transformar sueños normales, ordinarios, en medios auténticos para acrecentar su percepción. Ensoñando, esos hombres y mujeres, fueron capaces de alcanzar niveles óptimos de balance físico y también fueron capaces de descubrir los movimientos específicos que les permitieran reproducir, en sus horas de vigilia, esos mismos niveles de óptimo equilibrio físico.
La creencia de esos guerreros-viajeros, derivada de sus observaciones de ensueño, fue que la conciencia es un brillo localizado en un punto específico de nuestros cuerpos energéticos, un punto que es visible cuando somos vistos como campos de energía. Entre más energía pueda almacenar y manipular el cuerpo físico, más intenso será el brillo de la conciencia.

Con los movimientos de Tensegridad no solo se siente uno mejor practicando sino que uno se convierte en un mejor ser humano; la razón para tal afirmación es muy sencilla: el aumento de energía genera calma, eficiencia y propósito. La enfermedad colectiva de nuestros días es nuestra total falta de propósito. Sin la suficiente energía no hay manera siquiera de concebir alguna clase de propósito genuino en nuestras vidas. Los pases mágicos, al ayudarnos a almacenar energía, nos ayudan a comprender la idea de propósito en nuestros pensamientos y acciones.

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miércoles, 29 de octubre de 2014

Disponiblidad

El cazador no está disponible, y esto significa evitar deliberadamente cansarse y cansar a los demás. Nada ajeno puede turbarle o atraerle, porque el guerrero, haga lo que haga, posee una intención inflexible. Esta indisponibilidad es pues, ante todo, estratégica, como todo lo que hace el guerrero-cazador.

Esta indisponibilidad le viene de que él no deforma su mundo presionándolo. El cazador es lo contrario del hombre corriente, ansioso, sentimental, egoísta y explotador. El cazador no hace más que rozar su mundo, y se va rápidamente dejando apenas huella de su paso. De esta manera, el arte del cazador es el hacerse inaccesible, es decir, el tocar el mundo circundante con sobriedad. Y esta inaccesibilidad nada tiene que ver con la soledad del ermitaño. Si no hace más que esconderse no servirá de nada; sustraerse a los demás es, ante todo, sustraerse a sí mismo. El eremita de las religiones cumple de hecho una función social. Todos saben que es un ermitaño y, en primer lugar, lo sabe él mismo. Lo eremítico forma parte de su historia personal, pues para él es una rutina. El guerrero no se sustrae materialmente a su mundo, sino que utiliza su mundo con frugalidad y ternura. Un cazador está en íntima relación con su mundo y, sin embargo, permanece inaccesible a este mismo mundo.

El cazador es uno de los animales sin rutinas y eso le hace mágico. El guerrero, como el animal, deviene mágico, es decir, dotado de poder y de imprevisibilidad, pues ya no tiene rutinas cuando borra su historia personal. Y así, el guerrero y el animal mágico no pueden ser presa de nadie, pues todos obramos a la manera de las presas que perseguimos... un cazador que sabe esto no tiene más que una idea en la cabeza: no ser una presa.

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